Es algo que a ningún dueño de negocio le gusta hacer, simplemente hay situaciones en las que es necesario.

Y no hablo de renunciar a una venta, cuestión que es un poco más fácil por que simplemente no se llega a un acuerdo, no se establece la relación comercial. Hablo de terminar una relación que ya está andando. Hablo de decirle al cliente de la manera más educada y clara: “Ya no podemos seguir trabajando juntos.”

Considero que deberíamos pensarlo seriamente cuando:

El cliente más que contratar a un profesional requiere a alguien que únicamente siga sus instrucciones, pero que asuma las responsabilidades.

El cliente reincide en falta de pago de tus honorarios.

Hay faltas de respeto por parte del cliente hacia ti o hacia miembros del equipo.

Y es que uno de los principios básicos para que una relación sea efectiva, productiva y duradera, es que sea Ganar – Ganar. Estoy convencido de que no es necesario que nosotros que el de enfrente pierda para que nosotros podamos ganar. Hay que ser capaces de aportar toda nuestra capacidad para la satisfacción del cliente, pero también debemos de cuidar nuestros intereses como empresarios, emprendedores, proveedores de un servicio, pero sobre todo como personas.

¿Has tenido que renunciar a un cliente? Me gustaría conocer tu experiencia.

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